viernes, 6 de noviembre de 2009

CÓMO AFRONTAR LOS PROBLEMAS


Cristo para todas las Naciones
Guatemala, 1997


PRESENTACION
Hola amig@s,

Uno de mis compromisos con la divinidad es enseñar y compartir todo lo que he aprendido. No es una locura que mis libros los resuma para mí y para ustedes y los presente como un aporte de Soluna-E. Mi anhelo es que todo lo que me ha servido le sirviera a los demás pero he comprendido que de las principales características de la creación de Dios es la diversidad así que ya no espero que a todos le surta lo que a mi.

“Cómo afrontar los problemas” da pautas sencillas, iniciando con una simple definición de lo que es el problema y del por qué en la vida siempre los tenemos. Su principal aporte es cuando llega al punto de decirnos por qué estos problemas pueden traernos angustia y cómo debemos enfrentar ésta.

Importante que como parte de las soluciones siempre la misma receta: Uno como persona, nuestra relación con los demás y, ¡sobretodo! con Dios… De alguna manera me hace decir todo esto que como que el mal es habernos desespiritualizado desde el momento de la caída del hombre del Paraíso que no es más que el alejamiento proporcional de nuestro verdadero Padre y Creador.

Que lo disfruten. Y como siempre: Espero comentarios.

Atentamente,



Periodista, Escritor y Creador de Teatro César Chupina
Embajador Cultural de la Paz




COMO AFRONTAR LOS PROBLEMAS
1. ¿QUE SON LOS PROBLEMAS?
El diccionario dice que un problema es un asunto por resolver

2. EL ORIGEN DE LOS PROBLEMAS
Los problemas vienen simplemente de nuestra profunda necesidad de vivir.

Tengamos presente que existen diversos tipos de problemas que se diferencian por su importancia, por su intensidad, por su magnitud y por su dificultad; incluso podríamos señalar que existen problemas agradables, como escoger un plato del menú de un restaurante, aunque sabemos identificar con mayor facilidad los problemas desagradables como descubrir que no nos alcanza el dinero para pagar la cuenta. Así que, podemos comprender que es un error pensar que los problemas son malos, por lo contrario, los problemas son oportunidades para desarrollar nuestras capacidades. Lo malo está en vivir sin resolver adecuadamente los problemas que se presentan, y un problema no resuelto o resuelto inadecuadamente es el origen de un nuevo y casi siempre, más grave problema.

¿Por qué la vida trae problemas?
No todos saben por qué viven, pero todos desean mantenerse vivos. Es este deseo de seguir viviendo, que en realidad es un deseo de no morir, el que obliga a realizar las acciones que permitan estar vivo: comer, beber, dormir, protegerse de la intemperie, etc. Por lo tanto vivir tiene un costo que debe pagar todo aquel que no quiera morir. Tan cierto es esto que la economía ha acuñado el término “costo de la vida” para expresar económicamente lo que cuesta vivir. De esto podemos aprender que el principal problema que afronta el hombre es mantenerse vivo, o no morir.

¨ El primer problema es saber lo que se puede comer.
¨ El segundo problema es escoger lo que se quiere comer.
¨ El tercer problema es saber dónde encontrar lo que se apetece.
¨ El cuarto problema es buscar hasta hallar lo que se quiere.

Finalmente quedan los problemas de cómo comer. Si comer es hoy día un problema complicado, imaginemos la cantidad de problemas que trae consigo comer, beber, dormir, vestirse, tener vivienda, movilizarse, producir, sentirse amado, entender la vida, convivir con los demás, tener hijos, todo al mismo tiempo.

Un problema resuelto, ya no es problema; lo que nos muestra que la solución de la vida no está en la ausencia de los problemas, sino en saberlos resolver. La vida siempre tendrá asuntos por resolver, pues su carácter es dinámico y creciente, así que es requisito indispensable para quien aspire a vivir, el saber resolver los problemas.

Las personas que no saben afrontar los problemas acumulan estrés, por lo tanto debemos realizar las siguientes actividades:

1. Cuida de tí mismo.
2. Descansa adecuadamente: Si queremos evitar vernos agotados, necesitaremos evitar vernos convenientemente cansados.
3. Deténte un momento: en cuanto adviertas que los problemas te están “acelerando” y comienzas a sentirte nervioso, reduce deliberadamente el ritmo de tu actividad. Inicia otra labor y realízala despacio y con cuidado.
4. Respira suave y profundo.
5. Toma conciencia del presente: Esta tendencia a estar fuera del presente, crea dificultades de dos maneras.

· Esa constante fuga del presente consume energía y contribuye al aumento del estrés.
· Los problemas del futuro y del pasado interfieren en nuestro disfrute del presente.

6. Comunícate con Dios o con tu idea de El.
En principio todos podemos resolver problemas. Pero sería más exacto decir que todos podemos aprender a solucionarlos. Aquí tenemos que precisar que la capacidad de solucionar los problemas se demuestra por los resultados.

Comúnmente para evaluar algo nos guiamos por los resultados inmediatos, la satisfacción que nos presta en el momento, por lo que es igualmente común encontrar personas atrapadas y golpeadas por las consecuencias posteriores.

Sabe resolver problemas quien da buenos frutos y para ellos deben desarrollarse las siguientes cualidades:

1) Ser realista, es la cualidad que permite aceptar limitaciones.
2) Ser sensible, es la cualidad de estar atento a las informaciones recogidas por nuestros sentidos, sin desestimar ningún dato.
3) Ser ordenado es tener la capacidad de reconocer las prioridades (qué primero y qué después) para lo cual utilizamos un sistema de valores. Este sistema es un ordenamiento de principios ubicados de acuerdo a su importancia.
4) Ser responsable, es poder responder a cualquier circunstancia en forma consciente a nuestra calidad humana. Para poder ser responsable hay que tener noción de lo que sucede y de lo que uno es, a fin de asumir en su momento las oportunidades de la vida y las consecuencias, buenas o malas de nuestros actos.
5) Ser constante, es la cualidad que necesita quien está en camino para llegar a su destino.
6) Ser objetivo, es la cualidad de percibir las cosas tal como son, lo que implica que cualquier perturbación en el observador traerá una perturbación en la observación.

A veces ante un problema nos paralizamos y pasan años sin que sepamos qué hacer. Pero hay una manera muy sencilla para neutralizar esta situación.

· Siéntate cómodamente y respira profundamente tres o cuatro veces.
· Examina la situación, ¿hay de veras un problema?, descúbrelo, clarifícalo. Reconócelo.
· Analiza si se debe a otras personas o a factores externos a ti mismo.
· Evalúa la importancia o el nivel del problema y los efectos en tu vida.
· Ora
· Desarrolla posible soluciones
· Realiza un plan de acción determinando tus objetivos y actividades necesarias.



SUPERANDO LA ANGUSTIA
1. ¿QUÉ ES LA ANGUSTIA?
La angustia o ansiedad es una dolencia emocional que atenta contra nuestra capacidad de realizarnos, de sentirnos bien con nosotros mismos y de relacionarnos con otras personas, porque al preocuparnos restringimos nuestro sentido del humor, nuestra creatividad y espontaneidad.

La angustia es como una silla mecedora ¡nos mantiene en movimiento, pero no nos lleva a ninguna parte! La ansiedad se convierte en una manera de vivir muy intensamente, pero sin resolver nada.
Se han determinado cuatro factores cuya interacción produce la angustia. Estos son:

1. Una “amenaza” percibida. Puede ser real o imagjnaria. Esta “amenaza” puede resultar de:
¨ Los problemas que nos agobian, los cuales despiertan en nosotros un sentido de impotencia;
¨ Rumores, malas noticias, que nos llevan a conclusiones infundadas, a temores basados en poca información;
¨ Tener que cumplir alguna tarea difícil temer lo peor;
¨ Enfrentar algún problema, resolver alguna crisis, realizar una labor por primera vez; enfrentar lo desconocido;
¨ Tener que enfrentar nuevamente una situación que quizás en el pasado nos haya causado problemas;
¨ Una interpretación errónea de determinados sucesos, etc.
¨ No contar con la habilidad para enfrentar la vida con serenidad y paciencia; y/o
¨ La falta de autoestima para resolver nuestros problemas.

2. Pensamientos de angustia. A raíz de la amenaza percibida, surgen toda clase de pensamientos confusos que dejan a la persona desorientada y aturdida; éstos forman un círculo vicioso, pues un temor o confusión alimenta más temores.

3. Reacciones físicas del cuerpo. Pueden ser síntomas muy variados, que van creando más angustia por el temor a lo que la persona está sintiendo físicamente

4. Comportamiento ansioso. También es posible que se produzcan efectos emocionales tales como:


Desesperación
Un estado de desorientación, inquietud, aprehensión, perplejidad, duda, desaliento, temor, miedo o terror; miedo del pasado (lamentaciones, remordimiento), del presente (duda), del futuro (amenazas, presentimientos), desorden mental.

Cuando estamos muy enojados, atemorizados o angustiados, es natural que se presenten estos síntomas. Su presencia demuestra que nuestros nervios están funcionando exactamente como deben hacerlo. La solución: en principio necesitamos relajarnos y dejar que el efecto inicial de la reacción de nuestro cuerpo se calme.


2. EFECTOS NEGATIVOS DE LA ANGUSTIA
Sin duda, las preocupaciones nos roban las energías, reducen nuestra eficiencia en el trabajo y nos tornan lentos para cumplir con nuestros deberes.

Las personas que sufren de angustia se sienten a menudo con muy poca fuerza para controlarse, aún cuando sepan qué es lo que tienen que controlar. Se encierran en sí mismas y, a veces, desarrollan quebrantos físicos que son en realidad imaginarios.

¿Cómo podemos superar esta emoción tan intensa y con un efecto tan dañino? ¿Cómo podemos controlar nuestra ansiedad y recuperar la serenidad mental y el esplendor espiritual a fin de vivir con tranquilidad a pesar de los problemas?


2. RECOMENDACIONES ANTE LA ANGUSTIA
¿Alguna vez has reflexionado sobre la vitalidad que desperdiciamos preocupándonos? Esta ansiedad nerviosa podría ser energía mejor aprovechada para una vida productiva.

La angustia puede ser controlada. A pesar de que el futuro no siempre está pintado de un hermoso color, podemos vivir sin esa preocupación que nos desgasta. Es fundamental saber que lo que escapa de nuestra capacidad, no escapa de las manos de Dios. ¿No es precisamente la falta de un apoyo confiable lo que nos lleva a preocuparnos?

Por eso, para solucionar la preocupación que nos causa angustia es necesario reconocer que ésta es superable. Se puede aprender a controlarla y hasta aprovecharla, pero debemos estar conscientes de que debido a nuestra condición humana estamos expuestos a sufrir angustias y preocupaciones.

Ninguna persona puede hacer frente al mundo externo satisfactoriamente si no ha logrado la armonía interna de su propia vida. Sólo cuando ha conseguido resolver sus propios conflictos internos está capacitado para enfrentar el mundo en que vive. Y aún así necesita aprender de los fracasos y las frustraciones de no poder lograr totalmente el éxito. Esto significa ser optimista basándose en el perdón y la reconciliación que nos da Dios.

El sentimiento de culpa a veces nos aflige y es fácil sentirnos fracasados ante los desafíos en la vida. Quizás hemos cometido serios errores que hoy lamentamos y que contribuyen a aumentar nuestra angustia. En ese caso, el sentimiento de culpa puede tener una función beneficiosa, ya que sirve de aviso de que algo está mal con nuestro estado de ánimo, en nuestra relación con otras personas y en especial en nuestra relación con Dios.

Cuando nos sentimos culpables, indignos, ansiosos y llenos de remordimiento, al igual que el dolor causado por una enfermedad, sentimos la necesidad de tomar medidas para curarnos.

El sentimiento de culpa da aviso de que debemos admitir y rectificar el daño que hemos cometido.

También, debemos analizar los cuatro factores que contribuyen a la aparición de la ansiedad:
1. La amenaza: Debemos determinar si la amenaza percibida es en verdad digna de preocupación.
2. Los pensamientos: Debemos aprender a contemplar las cosas bajo una luz diferente no olvidar que una actitud positiva en la vida nos produce ánimo para superar cualquier problema.
3. Las reacciones físicas: A menudo tratamos de resolver la angustia en forma excesiva, comiendo, bebiendo, fumando o durmiendo demasiado, como intento de encubrir el problema, pero lo único que hacemos es dañar nuestra salud. Necesitamos aprender a relajarnos física y emocionalmente, para enfrentar los problemas con paciencia y determinación.
4. Nuestro comportamiento: Podemos aprender a actuar con calma pensando y respondiendo a cada situación con optimismo.

IDEAS PRÁCTICAS EN LAS ANGUSTIAS
He aquí algunas ideas prácticas que nos pueden ayudar a tranquilizarnos y poder así comenzar a enfrentar la vida positivamente.


AYUDAS EMOCIONALES:
Haz un breve análisis de tu vida, tratando de recordar aquellas situaciones que te han causado tensiones. Luego trata de pensar en cosas que has podido aprender de esas experiencias. Ahora piensa en tu angustia actual y aplica el mismo principio, siempre tratando de ver que cosas positivas puedes aprender.

Aleja de tu mente la idea de que debido a los síntomas, algo grave te está sucediendo. Cálmate, piensa en los momentos agradables. Y felices que has tenido.

Muchas veces buscamos el camino más fácil, en lugar de aprender a seguir adelante a pesar de los problemas.

EJERCICIOS FISICOS Y MENTALES:
Las angustias puedeN producir en nosotros un desgaste excesivo.

Una forma de aprender a relajarse es hacer algún ejercicio físico para relajar los músculos, como caminar por un parque, practicar un deporte, bailar, o ir a lugares que inspiren tranquilidad.

Las siguientes recomendaciones te pueden ayudar a relajarte:
· Aparta unos mínutos en el día, busca un lugar tranquilo, siéntate en silencio en una postura cómoda.
· Cierra los ojos y trata de relajar a fondo los músculos de la cara. Luego respira lentamente por la naríz. Toma conciencia de tu respiración: Expira e inspira repetidamente con naturalidad.
· No te preocupes por conseguir un nivel de relajación profunda. Mantén una actitud pasiva. Si aparecen pensamientos perturbadores, intenta ignorarlos y vuelve a repetir el ejercicio de respiración.

Recuerda que la relajación y la meditación pueden ayudarte a obtener el autocontrol de tus reacciones físicas.

Mantén un ejercicio físico constante. Trata de dormir entre 7 y 8 horas cada noche.


LA AYUDA DE LA AMISTAD:
Es muy necesario tener al menos un amigo (a) con quien desahogarse. La soledad o el no contar con una mano amiga puede aumentar tus tensiones. Ser amigo de otras personas puede ayudarte a olvidar tus preocupaciones e interesarte por ofrecer tu mano amiga.

El tratamiento ideal para tu ansiedad es tener a alguien con quien desahogarte. Admite tu dolor y despeja de la mente aquellas cosas que pueden envenenar tu personalidad. Evita la posibilidad de crear resentimientos y ansiedad, y “almacenarlos” en lo profundo de tu ser. Cuando hayas podido descargar esa energía, te sentirás mejor.

No podemos crecer como personas ni vivir en paz con Dios, con nosotros mismos y con los demás, si guardamos el temor de descubrir que estamos equivocados. El temor tiene que desaparecer para que comience la paz.

AYUDA ESPIRITUAL:
El ser humano no solamente tiene dimensiones físicas, mentales, sociales y emocionales, sino también espirituales, que a menudo se descuidan. No dejemos de poner nuestra confianza en la cualidad renovadora del amor de Dios.



CONCLUSIÓN
Existen muchos factores en la vida que contribuyen a que se intensifiquen y salgan a la luz los serios defectos que todos llevamos profundamente impresos en nuestra forma de ser.

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