Bernardino Vásquez Mazatzi ha editado el libro “A la Duquesa la
Sepultamos en el Jardín”, el cual recomiendo a los lectores de narrativa ya que
este libro es una propuesta que enriquece nuestra imaginación remarcando lo que
es la realidad literaria ante la histórica ya que dentro de los primeros
comentarios alguien ha dicho que “en Irlanda no hay duquesas pero si en la realidad del libro y por
consiguiente en la imaginación del autor; lo cual me recuerda cuando en una de
mis novelas ubiqué a París a la orilla del mar. Se me dijo “París no está en el mar. El mío, el de mi relato sí. Y sobretodo
el París que a mí me da la gana poner en mis historias.
Lo anterior no pareciera
trascendente pero sí lo es cuando se está mal acostumbrado en América Latina
que los escritores “denuncian” y por ello no pueden tener elementos imaginativos. Y esos sobran en todos los textos de Vásquez. Leemos
en la contra carátula que “ha publicado ya 6
libros, de los cuales, 4 son de maravillosos cuentos costumbristas y 2 de poesía.
En ellos se destaca la sencillez suprema, la verdad en altorrelieve, la
honestidad palpable, la constancia del esfuerzo propio por hacerse de voz
particular e inigualable y la realidad dolorosa, visible, tangible, cercana”.
“Ahora en “A la duquesa la sepultamos en el jardín”, el escritor hace gala de capacidad creativa, polifacética y hace
alarde de conocer a la perfección los recursos técnicos de los grandes
escritores latinoamericanos, pues finalmente, al ser así considerado, asume su
papel y en ese sentido pone en nuestras manos esta obra que, debe ser, la continuación
de sus éxitos y el acicate para los futuros y actuales literatos mexicanos”.
En el
libro que comento intervinieron en su elaboración, además del autor:
·Mario
Madrid Olivera, prologuista
Chupin@ta: llama mucho mi atención lo que el prologuista comenta
en torno a que “... tristeza priva ahora entre sus amigos, en la Organización
Latinoamericana de Fomento y Difusión de las Artes libres, entre los escritores
de América Latina y El Caribe… porque el maestro
Vásquez lo encontramos y lo conocimos por un lado íntegro, soñador, ejemplo de
valor y voluntad y, por el otro, luchando en contra de los intentos por negarlo
como realidad en las letras y mendigando la ayuda para dar a conocer su obra y
su pensamiento que ya han traspasado fronteras”.
·Editorial
Meridiano
Chupin@ta: El gran apoyo que tiene este autor, lo cual se infiere
en la contraportada al leer que “Para Editorial Meridiano
significa un honor el volver a editar el trabajo literario del tlascalteca universal,
Bernandino Vásquez, Mazatzi, quien por merito propio vuelve para sorprendernos
con su nuevo esfuerzo, ahora de mayores ambiciones como es la novela... Editorial
Meridiano felicita ampliamente al autor por este esfuerzo y logro y hace votos
para que como las anteriores obras de su autoría, la presente tenga el destino
venturoso en nuestro continente y más allá de él”.
·Colaboradores: Gloria Micaela Cuantianquiz Atriano; Prof. David Padilla Pérez;
Vicente Morales Pérez; Joaquín Pluma Morales; Benjamín Ávila Márquez;
Willebaldo Herrera Téllez.
Chupin@ta: El diseño de portada y contraportada es convencional.
En la primera, la fotografía nos muestra un jardín tipo bosque que da a
entender el lugar donde la duquesa fue sepultada. Interesante el contraste
colores que crean una unidad visual.
Según
el prologuista “esta primera novel del Premio Internacional Letras libres de América
y Premio Latinoamericano al Mérito Literario “José miguel Casso” está labrada de la
misma forma que las anteriores y tiene, como a contrasentido, desgraciadamente
el mismo origen por la forma en que se imprimió” el desdén oficial y por consiguiente, el mismo destino, el éxito”. Esto es interesante porque me decía mi tuto Luis Alfredo Arango,
máximo poeta guatemalteco QEPD que editar en Guatemala mil ejemplares para
guardarlos, regalarlos a los amigos y que nadie los lee con el propio dinero
era invertir en nada. No cabe duda que la realidad latinoamericana es igual en
todos sus rincones porque aquí la edición es un esfuerzo propio como lo
comentado por Arango aunque tenga valores agregados como quien lea este
comentario y se entusiasme por leer la obra en cualquier parte del mundo. Pero
de igual forma el escritor no es profeta en su tierra y aunque se diga ya hay
más apoyo que en época de Arango, es tal vez ya no nulo pero si casi nulo,
habiendo evolucionado nada, matemáticamente hablando. Porque ahora hay
ediciones en mi país risibles hasta de 100 ejemplares para justificar
presupuestos de toda índole.
En
otro orden de ideas, estoy de acuerdo con Madrid Olivera cuando afirma que esta
novela “es una caja e sorpresas que acaba de abrirse en la últimas páginas,
siendo este el recurso tradicional en este autor y venturosa forma de mantener
entretenido al lector. Y es que Vásquez Mazatzi en sus anteriores libros de
cuentos ya nos ha dado muestra de su capacidad para sorprendernos a la vuelta
de la hoja. Así están escritos “Crisálida”, “tu pueblo está lleno de recuerdos”, “Los trenes no van hacia el sur” y “La Casa de los Relojes”.
El
mismo prologuista confiesa ser uno de los que dijo al autor que en Irlanda no
hay duquesas, a lo cual le fue respondido que “no en la Irlanda que conoces, en la de mi historia si porque aquí
hay libertad de imaginación... en algún resquicio de la inconsciencia, en algún
hueco de la mente está la magia que permite que las cosas sucedan. Ya encontré
esa parte en mi cerebro y logré que los sueños se hagan realidad; por ello, ten
mucho cuidado con lo que sueñas porque corres el riesgo de ver cumplidos tus
anhelos”. Por eso digo, y titulo el presente, HAY IRLANDAS DE IRLANDAS...
Y quizá
por eso me cautiva la lectura desde el principio ya que en su primera página
leo el siguiente fragmento que me encanta: “Buscaba en los laberintos de la imaginación el remate, exigía a
las musas de la inspiración me dictaran con mayor celeridad y certeza, lo más
indicado, el triunfo final. Leí los últimos párrafos escritos apenas, la página
uno. Cité en una reunión urgente al personaje central. Ensayé mentalmente posibles desenlaces. ¿Si
en el colofón el hombre y la mujer murieran? Si, podría ser. Habría creado los
elementos para que eso ocurriera… ¡si despertaran todos
los involucrados en un letargo? ¿Si dejaba todo en suspenso y a juicio de los
lectores?... No, eso era una salida demasiado socorrida...”. Quizá yo me identifiqué como creador de historias. Pero es obvio
que la interactividad en este párrafo estaba, parafraseando a los romanos,
echada. Y la suerte de la duquesa también....